viernes, 28 de enero de 2011

PRIMER CIRCULO DE LECTURA 2011 EN EL E.P. MIGUEL CASTRO CASTRO CON ARGUEDAS

CIRCULO DE LECTURA -2011
EL SUEÑO DEL PONGO  DE ARGUEDAS

COMO PARTE DE LAS CELEBRACIONES POR EL CENTENARIO DE JOSE MARÍA ARGUEDAS SE LLEVO ADELANTE EL PRIMER CIRCULO DE LECTURA CON EL CUENTO EL SUEÑO DEL PONGO DE ARGUEDAS. SE INICIO CON LAS PALABRAS DEL DRAMATURGO  Y CATEDRATICO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION ENRIQUE GUZMAN Y VALLE - LA CANTUTA QUIEN HIZO UNA RESEÑA Y RESALTO LOS APORTES DE ARGUEDAS A LAS ARTES Y LAS LETRAS EN NUESTRO PAIS, DE QUIEN MEJOR REFLEJO EL SENTIR DEL CAMPESINADO EN NUESTRO PAÍS. LUEGO SE INICIO CON LA LECTURA DEL CUENTO DEL SUEÑO DEL PONGO POR PARTE DE LA LIC. CECILIA FERRER  COORDINDORA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERU, LA CUAL FUE BIEN COMENTADA POR PARTE DE LOS PARTICIPANTES QUE ACUDIERON A ESTE PRIMER CIRCULO DE LECTURA .INTEVINIERON INTERNOS DEDICADOS AL QUEHACER LITERARIO COMO LA AGRUPACION NUEVA CRONICA, Y BIBLIOTECARIOS DE OTRAS BIBLIOTECAS. EN UNA SEGUNDA PARTE SE VISUALIZO UN DOCUMENTAL DE ARGUEDAS, LA CUAL TAMBIEN FUE COMENTADA POR EL DRAMATURGO VICTOR ZAVALA CATAÑO Y SE CERRO EL EVENTO CON LAS PALABRAS DE LA SRA. GLADYS CARCELEN DE FRATERNIDAD CARCELARIA.

ES ASI COMO ESTA BIBLIOTECA SE AUNA A LOS ACTOS CELEBRATORIOS DEL CENTENARIO DE JOSE MARÍA ARGUEDAS. ESPERAMOS PODER CONTAR CON INTELECTUALES  Y PROFESIONALES DEL QUEHACER CULTURAL PARA QUE EN ESTE ESPACIO CULTURAL QUE ES LA BIBLIOTECA SE PUEDA CONOCER MAS SOBRE ARGUEDAS, Y ASI MOTIVAR A LA LECTURA  EN LOS INTERNOS Y DE LO QUE SIGNIFICA PARA NOSOTROS ARGUEDAS.




lunes, 24 de enero de 2011

EDITORIAL HORIZONTE - DONACION DE OBRAS COMPLETAS DE ARGUEDAS

EN ESTA SEMANA DONDE LAS ACTIVIDADES POR E L CENTENARIO DE ARGUEDAS SE PONTENCIARON EN SU MAXIMA EXPRESION TANTO EN CIRCULOS OFICIALES E INSTITUCIONALES,TAMBIEN HICIERON LO SUYO LOS DIVERSOS SECTORES  VINCULADOS AL QUEHACER INTELECTUAL Y CULTURAL DE NUESTRO PAIS.
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LA EDITORIAL HORIZONTE EN LA PERSONA DEL SR. HUMBERTO DAMONTE HIZO LLEGAR A LA BIBLIOTECA JOSE MARIA ARGUEDAS,LAS OBRAS COMPLETAS DE NUESTRO MAS GRANDE NOVELISTA.
Habrán otros novelistas que manejen más la técnica moderna de la novela, pero no son grandes novelistas que expresen los sentimientos profundos del pueblo como lo fue Arguedas.

La  exposicion de las Obras completas se hicieron en la Sala de Lectura en el Pab. 2-A del E.P. Migue Castro Castro de Lima.
Nuestro Agradecimiento al Sr. Humberto Damonte quien hizo todos los esfuerzos por plasmar la edicion y difusion de las Obras de Jose Maria Arguedas.
Esperamos tenerlo pronto de visita en este pequeño recinto que es la Biblioteca,y conocer de su experiencia editorial y de los recuerdo gratos vividos con Jose Maria Arguedas.
Tambien nos aunamos al homenaje hecho por La Republica  reproduciendo la entrevista dada en la Revista Domingo.

El señor de los libros


Desde muy joven Humberto Damonte siempre ha dado la batalla por las ideas. Hombre de izquierda, librero, dueño de la editorial que publicó la obra literaria completa de José María Arguedas, ahora le dice adiós al local que su librería El Sótano ocupó desde los años 70 en una esquina de la Plaza San Martín. No obstante, anuncia la publicación de los ensayos sociales –siete tomos– del autor de Todas las sangres en el año de su centenario
Por Raúl Mendoza

Cerca de cumplir los 80 años, Humberto Damonte conserva la memoria fresca y la mirada transparente de quienes no han vivido en vano. Convoca los recuerdos con fluidez de contador de historias, rememora con nostalgia a los amigos que no están y habla con sabiduría sobre la vida y el país en que vivimos. Ha sido el editor de la obra de José María Arguedas desde los 80 en adelante y ha dado a conocer, a través de su editorial Horizonte, a un gran número de autores peruanos. Conoció al autor de Todas las sangres en los años 60 y desde entonces los unió una amistad intelectual que se ha prolongado publicando sus libros.

Pero ahora hemos llegado hasta el local de su librería El Sótano, en una esquina de la Plaza San Martín, porque el local cerrará en una o dos semanas. El negocio ya no es el mismo de antes. “La gente ya no lee. Antes los tirajes eran de 3 mil, 5 mil ejemplares. Ahora muchas editoriales lanzan tirajes de 500 libros porque la demanda ha disminuido”, cuenta. También dice que las librerías que había en el centro limeño han ido cerrando poco a poco y lo peor es que nadie las ha extrañado, casi ni se dieron cuenta de que se iban. Él cierra su librería y se va del local, pero la editorial continuará sus labores en San Miguel.

–Este año es el centenario de Arguedas. ¿Usted fue su amigo y editor?
–Cuando nos conocimos, yo era dirigente sindical de la Federación de Empleados Bancarios y militante de izquierda. Nos vimos en el local del Movimiento Social Progresista, a donde él llegó invitado por otros amigos. Después nos volvimos a encontrar esporádicamente. Recién en 1964 nos hacemos más amigos porque ese año Francisco Moncloa fundó conmigo Moncloa Editores y ahí trabajó Sybila Arredondo, la segunda esposa de Arguedas, y él iba a recogerla.
–¿Y cómo empieza a editar la obra de Arguedas?

–A fines de los 60 empiezo con la editorial propia y le planteo editar El Sexto, la única obra suya que no tenía los derechos vendidos. Toda la obra de Arguedas la publicaba por entonces editorial Lozada de Argentina. Con el tiempo, ya fallecido Arguedas, también fallece el propietario de Losada y empiezan las desavenencias entre la editorial y Sybila Arredondo, su viuda. Y ella rescinde los derechos y ahí yo empiezo a publicar sus obras con editorial Horizonte.
–Hizo una edición muy recordada de sus obras completas.
–Al tener los derechos le pedí a Sybila editar las obras completas y ella reunió toda la obra literaria. Pero las dificultades financieras eran grandes. Ninguna entidad quiso apoyar el proyecto. Busqué editarla en España pero no se pudo. Hasta que un amigo me dijo que en Praga había mejores condiciones y se hizo ahí. Llevé las películas y se editaron cinco mil colecciones de cinco tomos, es decir 25 mil libros. Una edición de tapa dura, con fotos, cosida, bien hecha. Se editó en 1983.
–Dicen que Arguedas era una persona callada, de grandes silencios.
–Era una persona que en una tertulia no era un hablador. Pero exponía sus temas de interés con convicción y claridad. Se volvía más expresivo cuando estaba en una reunión musical. Le gustaba cantar, la música andina, asistir a los coliseos. Ahí se sentía feliz.
Ahora, a propósito de los cien años del nacimiento del escritor, Humberto Damonte se ha impuesto una misión: publicar este año la obra sociológica completa de Arguedas en siete tomos. Cuenta que ya todos están trabajados, solo falta una revisión final. El Ministerio de Cultura participará del proyecto. Y no solo eso: el librero y editor también ha cedido a la Derrama Magisterial los derechos para publicar Nosotros los maestros, que recoge los escritos pedagógicos del escritor andahuaylino. Será su homenaje personal al viejo amigo.


Adiós librería
La librería que Humberto Damonte ha tenido en la Plaza San Martín desde 1972 le fue traspasada por Francisco Moncloa. Le puso El Sótano por el amplio espacio que tenía en el subsuelo y para invitar a la gente a bajar. A partir de los años 80 también mudó la editorial a este lugar. Con el tiempo Horizonte funcionó en el sótano y la librería se quedó en el primer piso. Solo podían bajar los amigos para compartir largas conversas. “Aquel sótano del Portal de Zela fue por más de veinte años centro de reunión de prácticamente todos los escritores limeños, ya sea políticos, académicos, artísticos. A todos nos recibía con paciencia infinita pese a que le robábamos tiempo precioso. A café por autor debe haber consumido piscinas de expressos”, ha recordado Juan Gargurevich, periodista y catedrático.
Ahora se queja de que la gente compra pocos libros y muestra un catálogo en el que además de Arguedas hay nombres cuya obra ayudó a difundir: Carlos Malpica, Eduardo Anaya, Roger Rumrrill, en temas de realidad peruana. Antonio Cornejo Polar, Juan Rivera Saavedra, Reynaldo Naranjo, Francisco Carrillo, en literatura. Incluso publicó hace años una recopilación de caricatura de Carlos Tovar ‘Carlín’, hoy ilustrador de esta casa. Publicó a autores peruanos, pero también a extranjeros que hablaban del Perú. Ahora quien se dé una vuelta por su local en Nicolás de Piérola 995 –en la esquina más cercana a Carabaya– podrá encontrar que todo está a precios de despedida.
–La suya es otra librería más que desaparece del centro de Lima.
–Así es. Ya sobreviven pocas, apenas tres o cuatro. Cerró por ejemplo Studium, la más grande librería del centro, que funcionaba en el local que ahora ocupa el Fondo Editorial de la Universidad Católica en la Plaza Francia. Era tan famosa que en un viaje a Argentina varios amigos me hablaron de ella. Tenía sucursales en varios departamentos del país y realizaba grandes campañas escolares. Otras librerías que recuerdo y ya no existen son la librería La Universidad, en La Colmena, cerca de la Plaza Dos de Mayo; la librería Internacional en Jirón de la Unión; y la de Blancas, un librero español en la misma calle. También estaban El Caballo Rojo en La Colmena y la de Juan Mejía Baca en Azángaro. De las sobrevivientes queda Época en la calle Belén, a media cuadra del Club Nacional.
–¿Ahora a dónde se va?
–La librería cierra, pero la editorial la mudamos a San Miguel. Seguiremos trabajando. Está pendiente la obra sociológica de Arguedas.
–Además de editor y librero, usted fue periodista y hasta sufrió deportación por sus ideas.
–En los años 70, cuando el gobierno militar estaba en el poder, nos llaman para trabajar en el Expreso expropiado. Trabajamos ahí, pero nos vamos cuando empiezan las diferencias internas dentro del propio régimen. En 1975 fundamos la revista Marka. Ahí estaban Carlos Malpica, Juan Gargurevich y otros periodistas. Pero Velasco cerró la revista por criticar el mensaje presidencial y nos deportan a Argentina. Volvimos a la caída de Velasco, pero Morales Bermúdez nos volvió a deportar por opositores.
Con el tiempo, tras un breve paso por México, volvió y se sumergió en el mundo editorial. Pero nunca dejó de lado sus inquietudes políticas. “Soy un hombre de izquierda”, nos dijo hace unos días. Juan Gargurevich lo recuerda: “Humberto Damonte fue militante activo del Movimiento Social Progresista que en los cincuentas reunió a los más importantes intelectuales progresistas. Estuvo con los Salazar Bondy, Efraín Ruiz Caro, Ruiz Eldredge, Moncloa, Santiago Agurto, planteando una alternativa de izquierda democrática novedosa para su tiempo”. Todo un personaje Humberto Damonte, señor de los libros. Este es nuestro homenaje. La república.com.pe.

FOTOS DE LA EXPOSICION DE LIBROS DONADOS POR EDITORIAL HORIZONTE
 










viernes, 7 de enero de 2011

CENTENARIO DE ARGUEDAS EN FOTOS





























jueves, 6 de enero de 2011

AGRADECIMIENTO POR EL CENTENARIO - SYBILA ARREDONDO

SALUDO Y AGRADECIMIENTO POR LA CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DE NACIMIENTO DEL ESCRITOR PERUANO JOSÉ MARÍA ARGUEDAS (18-01-1911)

Por: Sybila de Arguedas



En estos tiempos de dura y dramática gestación histórica y parto de lo nuevo, nuestro corazón late más fuerte cuando hacemos remembranzas de Mariátegui y Arguedas, mientras luchamos con nosotros mismos por definir en qué empeñar la vida.

 
Hoy, en que el despojo de tierras se está realizando subrepticiamente a niveles continentales (África, Asia, A. Latina) es bueno “encenderles una vela de esperanza” en nuestro espíritu que tantas veces se ha encendido y apagado, que renace como el ave Fénix, para seguir luchando por lo justo y necesario.

Si nos hemos reunido aquí (me siento presente, al unísono, como cuerda de una guitarra afinada en la misma nota) es para difundir, como secreto a voces, el optimismo que ellos, José María Arguedas, Mariátegui, como también Vallejo y otros muchísimos “soldados desconocidos” del pueblo, nos han contagiado y encendido como un dínamo energético vital; permitiéndonos asumir con aliento y perseverancia, en la brega junto a los pueblos del mundo, actores de la historia tantas veces luctuosa.

Les agradezco permitirme este saludo, desde lejos, en ocasión de la conmemoración de este centenario del nacimiento de José María Arguedas, el 18 de enero de 1911, de quien podríamos citar aquí multitud de pensamientos que nos recuerden cómo quiso ser instrumento de servir al pueblo, de defender al campesinado, al indio, de todo corazón y pasión.

Expreso aquí, mi esperanza y la certeza de que -junto a los pueblos del mundo- seguiremos escuchando y evocando la trayectoria de los mejores hijos del pueblo del Perú -como lo fueron Mariátegui, José María Arguedas o Vallejo- y descubriéndolos y acompañándolos en el presente, aunándonos, por ejemplo, en la acción de solicitar la amnistía para los presos políticos en las cárceles peruanas como Piedras Gordas, de la Base Naval del Callao, de Cantogrande, de Mujeres de Chorrillos y otras, recordando cómo, de su paso por la prisión política, José María mastica pacientemente su terrible experiencia, durante unos 18 años, hasta la aparición de su obra “El Sexto”, pronta a ser publicada en francés.



Dos fragmentos de textos del escritor para aprehender su esencia. Primeramente, de “No soy un aculturado…”: son sus palabras en el acto de entrega, en Lima, del premio “Inca Garcilaso de la Vega”, en octubre de 1968.


“…Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas; la teoría socialista no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargó aun más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo…”.

Y para culminar:

“…está creciendo nuestro pueblo. Si continúa alzándose no podrá ser detenido. La fuerza del pueblo que crece no es mortal.”

Gracias y buenaventura para todos desde esta finis terrae.


Santiago de Chile, Octubre de 2010.


HACIA EL CENTENARIO DE JOSE MARIA ARGUEDAS - SYBILA ARREDONDO

Publicado por CULTURALES 1° DE MAYO



HACIA EL CENTENARIO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS



El próximo año celebraremos el primer centenario del nacimiento de nuestro gran escritor JOSÉ MARÍA ARGUEDAS. Sin embargo, en los últimos años, la desinformación en torno a su vida y su significado, especialmente entre los jóvenes, lo han presentado como un hombre “de todas las clases”, restando importancia a su posición política. Buscamos a su viuda, Sra. Sibila Arredondo, que nos envía la siguiente opinión:


“El trasfondo y la esencia del problema es que veo que se presenta en algunos, en unas poderosas corrientes idealistas (por decir lo menos), una actitud no científica (por decir lo menos) de escamotear la posición política del escritor o, en otros casos, de competir por adjudicarle o atribuirle a JMA ideas no pertinentes, con intención de apropiarse de su prestigio y engañosamente despojarlo de su posición junto al pueblo, su afinidad con José Carlos Mariátegui, Lenin, su amor por el indio, el campesino, su repudio por la feudalidad, el gamonalismo, etc.


Por otra parte, es fácil, sin embargo, recordar momentos de sus obras de creación (digamos, literarias), o de diversas opiniones vertidas por él en otros trabajos, que muestran y demuestran todo esto, más después del proceso vívido de la guerra campesina, guerra civil, etc. Por ejemplo, recuerdo el diálogo casi final de la obra que dice:

-¿Y ese ruido, presidente?
-¿Qué ruido, Palalo?
-¿No lo siente? Atienda.






Es como si un río subterráneo empezara su creciente. [...] mi conciencia sólo tiene en cuenta lo que mi voluntad le ordena. (Obras Completas, Todas las sangres., T.IV, pg. 456, Ed. Horizonte, 1983).






Estudios científicos, con buenos análisis cualitativos (como diría un químico ¿cómo se dirá en filosofía?) ya corresponden a las nuevas generaciones, que escarbarán para demostrar una verdad de nuestros días que está estampada en sus obras como murales que registran la vida de la época y sus contingencias”. (Sibila Arredondo)
De la Revista culturales primero de mayo


CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Por Jorge Sandoval













José María Arguedas (18 de enero de 1911-1969) es sin ninguna duda nuestro más grande narrador, un escritor peruano para ser leído hoy, pero también para el futuro. Como ningún otro, Arguedas reflejó en sus obras el Perú "desde adentro", es decir, encarnando sus más dramáticas contradicciones políticas y culturales, las que en muchos aspectos no son todavía resueltas. Es el gran visionario de la evolución antropológica del hombre peruano: un zorro de arriba y también de abajo.






Carta de José María Arguedas, originalmente escrita en quechua, en noviembre de 1969, pocos días antes de su muerte, dirigida a Hugo Blanco, el guerrillero cuzqueño, mientras éste era prisionero político en la isla de El Frontón.










Hermano Hugo, querido, corazón de piedra y de paloma:






Quizá habrás leído mi novela “Los Ríos Profundos”. Recuerda, hermano, el más fuerte, recuerda. En ese libro no hablo únicamente de cómo lloré lágrimas ardientes; con más lagrimas y con más arrebato hablo de los pongos, de los colonos de hacienda, de su escondída e inmensa fuerza, de la rabia que en la semilla de su corazón arde, fuego que no se apaga. Esos piojosos, diariamente flagelados, obligados a lamer tierra con sus lenguas, hombres despreciados por las mismas comunidades, esos, en la novela, invaden la ciudad de Abancay sin temer a la metralla y a las balas, venciéndolas. Así obligaban al gran predicador de la ciudad, al cura que los miraba como si fueran pulgas; venciendo balas, los siervos obligan al cura a que diga misa, a que cante en la iglesia: le imponen a la fuerza. En la novela imaginé esta invasión con un presentimiento: los hombres que estudian los tiempos que vendrán, los que entienden de luchas sociales y de la política, los que comprendan lo que significa esta sublevación de la toma de la ciudad que he imaginado. ¡Cómo, con cuánto más hirviente sangre se alzarían estos hombres si no persiguieran únicamente la muerte de la madre de la peste, del tifus, sino la de los gamonales, el día que alcancen a vencer el miedo, el horror que les tienen! “¿Quién ha de conseguir que venzan este terror en siglos formando y alimentado, quién? ¿En algún lugar del mundo está ese hombre que los ilumine y los salve? ¿Existe o no existe? ¡Carajo, mierda!”, diciendo, como tú lloraba fuego, esperando, a solas. Los críticos de literatura, los muy ilustrados, no pudieron descubrir al principio la atención final de la novela, la que puse en su meollo, en el medio mismo de su corriente. Felizmente uno, uno solo, lo descubrió y lo proclamó, muy claramente.






¿Y después hermano? ¿No fuiste tú, tú mismo quien encabezó a esos “pulguientos” indios de hacienda, de los pisoteados el más pisoteado hombre de nuestro pueblo; de los asnos y los perros el más azotado, el escupido con el más sucio escupitajo? Convirtiendo a esos en el más valeroso de los valientes, ¿no los fortaleciste, no acercaste su alma? Alzándoles el alma, el alma de piedra y de paloma que tenían, que estaba aguardando en lo más puro de la semilla del corazón de esos hombres, ¿no tomaste el Cusco como me dices en tu carta, y desde la misma puerta de la catedral, clamando y apostrofando en quechua, no espantaste a los gamonales, no hiciste que se escondieran en sus huecos como si fueran pericotes muy enfermos de las tripas? Hiciste correr a esos hijos y protegidos del antiguo Cristo, del Cristo de plomo. Hermano, querido hermano, como yo, de rostro algo blanco, del más intenso corazón indio, lágrima, canto, baile, odio.


Yo hermano, sólo sé bien llorar lágrimas de fuego; pero con ese fuego he purificado algo la cabeza y el corazón de Lima, la gran ciudad que negaba, que no conocía bien a su padre y a su madre; le abrí un poco los ojos, los propios ojos de los hombres de nuestro pueblo, les limpié un poco para que nos vean mejor. Y en los pueblos que llaman extranjeros creo que levanté nuestra imagen verdadera, su valer, su muy valer verdadero, creo que lo levanté en alto y con luz suficiente para que nos estimen, para que sepan y puedan esperar nuestra compañía y fuerza; para que no se apiaden de nosotros como del más huérfano de los huérfanos; para que no sientan vergüenza de nosotros, nadie.



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Algunos escritores alcanzan a ver el horizonte, y buscan la unidad entre su verbo y su actuar. Arguedas mostró a lo largo de sus obras, las contradicciones principales del campesinado, en su relación con el ambiente urbano e industrial de la capital. En el mundo crispado y tierno de sus personajes, la contienda social palpita en todas las páginas de su obra. Es nuestra cumbre de la literatura popular peruana. Junto a César Vallejo, es fundamental estudiar sus obras, principalmente los niños y jóvenes.

Occidental por origen familiar, se identifica profundamente con los indios que le dan cobijo, aprende su lenguaje y descubre un universo vital en su cultura milenaria, incansablemente a lo largo de todas sus obras: su profundo amor por el campesinado peruano es lo que mejor se aprecia en sus narraciones.

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Esas cosas, hermano a quien esperaron los más escarnecidos de nuestras gentes, esas cosas hemos hecho; tú lo uno y yo lo otro, hermano Hugo, hombre de hierro que llora sin lágrimas; tú tan semejante, tan igual a un comunero, lágrima y acero. Yo vi tu retrato en una librería del barrio latino de París; me erguí de alegría, viéndote junto a Camilo Cienfuegos y al “Che” Guevara. Oye, voy a confesarte algo en nombre de nuestra amistad personal recién empezada: oye, hermano, sólo al leer tu carta sentí, supe que tu corazón era tierno, es flor, tanto como el de un comunero de Puquio, mis más semejantes. Ayer recibí tu carta: pasé la noche entera, andando primero, luego inquietándome con la fuerza de la alegría y de la revelación.



Yo no estoy bien, no estoy bien; mis fuerzas anochecen. Pero si ahora muero, moriré más tranquilo. Ese hermoso día que vendrá y del que hablas, aquél en que nuestros pueblos volverán a nacer, viene, lo siento, siento en la niña de mis ojos su aurora, en esa luz está cayendo gota por gota tu dolor ardiente, gota por gota sin acabarse jamás. Temo que ese amanecer cueste sangre, tanta sangre. Tú sabes y por eso apostrofas, clamas desde la cárcel, aconsejas, creces. Como en el corazón de los runas que me cuidaron cuando era niño, que me criaron, hay odio y fuego en ti contra los gamonales de toda laya; y para los que sufren, para los que no tienen casa ni tierra, los wakchas, tienes pecho de calandria; y como el agua de algunos manantiales muy puros, amor que fortalece hasta regocijar los cielos. Y toda tu sangre había sabido llorar, hermano. Quien no sabe llorar, y más en nuestros tiempos, no sabe del amor, no lo conoce. Tu sangre ya está en la mía, como la sangre de don Victo Pusa, de don Felipe Maywa, Don Victo y Don Felipe me hablan día y noche, sin cesar lloran dentro de mi alma, me reconvienen en su lengua, con su sabiduría grande, con su llanto que alcanza distancias que no podemos calcular, que llega más lejos que la luz del sol. Ellos, oye Hugo, me criaron, amándome mucho, porque viéndome que era hijo de misti, veían que me trataban con menosprecio, como a indio. En nombre de ellos, recordándolos en mi propia carne, escribí lo que he escrito, aprendí todo lo que he aprendido y hecho, venciendo barreras que a veces parecían increíbles. Conocí el mundo. Y tú también, creo que en nombre de runas semejantes a ellos dos, sabes ser hermano del que sabe ser hermano, semejante a tu semejante, el que sabe amar. ¿Hasta cuando y hasta dónde he de escribirte? Ya no podrás olvidarme, aunque la muerte me agarre, oye, hombre peruano, fuerte como nuestras montañas donde la nieve no se derrite, a quien la cárcel fortalece como a piedra y como a paloma. He aquí que te he escrito, feliz, en medio de la gran sombra de mis mortales dolencias. A nosotros no nos alcanza la tristeza de los mistis, de los egoístas; nos llega la tristeza fuerte del pueblo, del mundo, de quienes conocen y sienten el amanecer. Así la muerte y la tristeza no son ni morir ni sufrir. ¿No es verdad hermano?.

Recibe mi corazón

José María

CENTENARIO DE ARGUEDAS -LA PRIMERA

           99 años de José María Arguedas







La narrativa de José María Arguedas es en gran parte autobiográfica, pero al mismo tiempo expresa al Perú, a la dolorosa condición humana de sus habitantes y las diversas vertientes culturales.






Nadie como José María Arguedas Altamirano, quien nació el 18 de enero en 1911 (Andahuaylas), representa y expresa al Perú esencial, trágico y escindido, pero al mismo tiempo pleno de esperanzas. En la medida que pasa el tiempo no solo es uno de los escritores más queridos y admirados, sino que sus libros sirven para reconocer que el país está conformado por varias culturas y que no ha logrado construir una sociedad justa, democrática y plural.






Marcado desde niño por la discriminación cultural, su literatura está atravesada por una biografía dulce y amarga a la vez. En efecto, fue hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, abogado cusqueño que se desempeñaba como juez en varios pueblos y de Victoria Altamirano Navarro, proveniente de una acomodada familia de Andahuaylas. A los dos años de edad falleció su madre y por eso pasó a vivir a la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en Andahuaylas.






En 1915 su padre fue nombrado como juez de primera instancia de la provincia de Lucanas (Puquio) y allí se casó con Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco. El niño José María viajó allí para vivir con su madrastra y ese hecho lo marcó para siempre. La familia radicó en Puquio y 1919, al asumir el poder Augusto B. Leguía, el padre fue subrogado y retomó su oficio de abogado litigante y viajero.






Desde entonces tuvo que soportar numerosos desencantos, desencuentros y amarguras personales. En lo que se refiere a su vocación de escritor innato y nada profesional, Antonio Cornejo Polar señala que: “José María Arguedas gustaba enfatizar su autoimagen de creador espontáneo, libre de excesivas preocupaciones técnicas y al margen de una sostenida reflexión teórico-crítica acerca de la literatura. En su obra hay pruebas suficientes de esta espontaneidad, que en pocos momentos puede llegar a ser ingenua.”






En fin, la bibliografía de José María Arguedas es ahora frondosa y variada porque proviene de distintos estudiosos de otras lenguas que no es el español. Ese es un hecho que demuestra la universalidad y trascendencia de su maravillosa literatura, sobre todo porque se trata de un genuino escritor.













CENTENARIO DE ARGUEDAS -ACTUALIDAD

                Actualidad de Arguedas







Hoy se cumplen 99 años del nacimiento de José María Arguedas. La conmemoración cobra vigor porque en el Perú, como en toda América Latina, han rebrotado, remozándose, impulsos de justicia, libertad e igualdad.






Arguedas reconoció, en el discurso que pronunció al recibir el Premio Inca Garcilaso de la Vega, en 1958:






“En LA PRIMERA juventud estaba cargado de una gran rebeldía y de una impaciencia por luchar, por hacer algo. Las dos naciones de las que provenía estaban en conflicto… Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas; la teoría socialista no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargó aún más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mí lo mágico.”






Gordon Brotherston, catedrático de la Universidad de Essex, Inglaterra, percibe con claridad el proceso del que Arguedas forma parte. Dice en su libro The emergence of the Latin American Novel (1977):






“Los teorizantes de la revolución mexicana y algunos pensadores marxistas de repúblicas andinas en los años 20 (particularmente el peruano José Carlos Mariátegui), atribuyeron un nuevo papel al indígena en la historia y destino de América Latina. De religioso y racial que era, el ‘problema’ indígena pasó a convertirse en social y político.”






Mario Vargas Llosa, ahora alineado con la utopía arcaica del paleoliberalismo, pretendió que Arguedas buscaba una restauración del pasado indio. No. Arguedas presentó una defensa de lo andino, una valoración de herencias irrenunciables, pero captó el ingente mestizaje del Perú.






Su defensa de las comunidades no excluía la evolución de éstas. Por algo estudió y exaltó a las del valle del Mantaro. Lo que él veía como elemento vital era el impulso colectivo, comunitario.






Tampoco creía que los mitos fueran inamovibles. En conferencia en La Habana lo expuso así:






“Yo estaba sumamente desolado cuando en los comentarios del libro, que eran por lo general muy elogiosos, no se descubría la intención de la obra, hasta que uno de ellos lo dijo expresamente, un comentarista que se llama Lévano. Si los indios toman una ciudad, a pesar de que se les trata de impedir el paso con ametralladoras y fusiles, por una causa de orden religioso y mágico, ¿no sería posible que tomaran el mismo valor y aun mucho más si fueran impulsados por una razón de tipo social mucho más violenta?”.






Arguedas propugnó la integración del Perú. Incluso en su trajinada frase sobre la época de la calandria de fuego dijo que ésta sería la del “dios liberador. Aquel que se reintegra.” En Perú vivo expresó su admiración “por lo criollo costeño” y recalcó que su gran ideal era la integración del país.

DE LOS MEJORES ARTICULOS -AÑO DE ARGUEDAS

               Año de Arguedas





Andahuaylas se une para celebrar durante diciembre y enero el centenario del nacimiento del escritor José María Arguedas. El pueblo saldrá a las calles en una gran marcha cultural que propone que 2011 sea designado como el Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas.






La tierra que lo vio nacer es ahora el epicentro de una propuesta que debe extenderse a los límites del Perú: que 2011 sea nombrado como el “Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas”. Un justo homenaje para el escritor cuya obra sigue siendo una de las más leídas en el Perú y que ha dejado un legado que abarca todos los campos del arte.






Los que lo leímos recordamos ese mar de sensaciones que nos despertó Warma Kuyay (Amor de niño). ¿Acaso alguien podría olvidar esa imponente estampa de un cóndor sobre el lomo de un toro, retratada en letras en “Yawar fiesta”? A cualquier peruano le persigue esa imagen cuando viaja por el centro del Perú, y desfilan ante sus ojos en carne y hueso, en días de fiesta; o en óleo sobre lienzo o tinta sobre papel o en bronce, en algún pueblo, alguna plaza, un día cualquiera. Hemos quedados impresionados con la mística danza de las tijeras, flamante Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, mientras permanecen incólumes para siempre “La agonía del Rasu Ñity”, el danzante de tijeras que inmortalizó en esa obra José María Arguedas.






Hechos y no palabras


Ahora, la Derrama Magisterial ha instaurado la Medalla José María Arguedas, reconociendo con ella la importancia que tiene su obra como docente, su preocupación por conocer y difundir las expresiones culturales de los pueblos del Perú.






Y en Andahuaylas, se ha establecido el Primer Concurso Nacional de Pintura Rápida 2011 “Los ríos profundos de José María Arguedas”, que se realizará el 16 de enero de 2011, al aire libre, convocado por La Asociación Cultural Arguedas Andahuaylas (ACUAA), y la Universidad Nacional José María Arguedas de Andahuaylas. Los participantes pueden inscribirse directamente en Jr. Guillermo Cáceres Tresierra N° 550, en Andahuaylas, o a los correos electrónicos kusisonqo_arte y arguedascentenario, ambos en hotmail.com; o llamar a los celulares 983612947 y 983942122. Un gesto que bien podría ser aprovechado por la empresa privada en vista de que el inicio del verano 2011 comenzará con la vista puesta en Andahuaylas.






Todas las Artes


En la tierra natal de Arguedas se realiza la marcha cultural, hoy a las 9.30 de la mañana, en la Plaza de Armas. Antes, a las 9 a.m., se ha programado una muestra de Arte Total, donde participarán el Instituto Superior Todas las Artes y la Escuela de Bellas Artes de Ayacucho.






Los festejos y las actividades culturales en busca de que 2011 sea reconocido oficialmente como el “Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas” continuarán hasta el sábado 4 de diciembre en Andahuaylas. La marcha se realiza teniendo como marco el X Festival de Todas las Artes, que incluye rituales de homenaje desde la cosmovisión andina que empezaron anoche con una “Fogata y tertulia con el Tayta José María” en Paqcha Arguedas.

CENTENARIO DE ARGUEDAS - CICLO ARGUEDAS

                           CICLO ARGUEDAS



Las celebraciones por el Centenario del Natalicio de José María Arguedas comienza hoy en el Brisas del Titicaca con un ciclo de conversaciones sobre su obra y su relación con las ciencias y las artes.

El “Enero arguediano” de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca empieza hoy, a las 7 p.m., con la conferencia “¡Kachkaniraqm! ¡Sigo creciendo!: Arguedas y las ciencias sociales”, donde expondrán el sociólogo Alejandro Melgar, el antropólogo Manuel Mosquera, la socióloga Oriele Manrique, acompañados por la Música del Duo Takanamanta y la poesía de Ricardo Elías.

El 12 de enero, a la misma hora, “Los ríos profundos de las letras del Perú: Arguedas y la literatura”, contará con la participación del escritor José Luis Ayala, el sociólogo Manuel Dammert y el escritor Diego Motta. El músico Julio Humala acompañará la velada y también el poeta Ernesto Montero.


El 19 de enero, el musicólogo Leo casas, el escritor Marcial Molina y el pintor Ever Arrascue expondrán en “Todas las artes, todas las sangres: Arguedas y las artes”. La Música del Dúo Saeta Cultural y la poesía de John Ochoa estarán presentes.

El jueves 20, a las 7 p.m., se hablará sobre “La trascendencia de la obra de José María Arguedas”. El sábado 22, a las 6 p.m., se desarrollará el festival cultural “Todas las sangres por una Lima y un Perú nuevos”. El domingo 23, un “Pasacalle y acto político cultural”.

El cierre se realizará el miércoles 26, a las 7 p.m., con “Arguedas: ¿Utopía arcaica o proyecto socialista?: Arguedas y la política”. Hablarán el sociólogo Martín Guerra, la antropóloga Rosina Valcárcel, el antropólogo Rodrigo Montoya, el cineasta Federico García y el escritor Percy Ramos. Rodrigo Luyo acompañará con su poesía; y se harán presentes la Música de Margot Palomino y Máximo Damián.
Estas actividades se realizarán en el Jr. Wakulski 198 (Cdra. 1 Av. Brasil).Elingresoeslibre.